jueves, 7 de junio de 2012

1)      Determinaciones externas.
6.30 A.M mudo como cierta consonante. Camino rápido, como si deseara llegar. Me siento junto a la ventana, el metro desborda nada, yo devengo con hambre sin ganas de pensar. Fijo la mirada en algún punto lejano, donde ya no hay puntos, sino donde sólo se esperan milagros.  Deambulo lejos  de mi yo, en busca de un nosotros
– Alguien alguna vez  mintió diciendo que somos en los otros.

2)      El sistema
Entro, marco la tarjeta, he llegado puntual; mudo como el compañero que corre atrás de mi para marcar  su horario. Tomo el libro de clases, finjo preparar un té, finjo acomodarme y sentir algo parecido a estar bien.  Me acerco a la ventana  y  camino pensando en acabar, un día lunes pensando en que el fin ha de regresar.
Entro en la sala, finjo escuchar, cumplir para pagar.

3)      La máscara.
       La máscara se alínea a la idea  general, mientras  devengo  hombre más no animal.

Sarolta Bán
      7p.m. Es hora de regresar, el metro hastiado de desencuentros, de desiertos.  Entro a la cobija de cristal, donde gasto el dinero que las tortuosas horas del día me han de entregar.  Pasillo número 11, algo para sentir sangre, para acompañar el  estado insomne.

4)      El despertar.
Al final, junto a la noche, pienso que algo anda mal, un engranaje quiere redimir y saltar más el abismo  y el vértigo me parecen aún peor  que esta sedante comodidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario